Las guerras carlistas dejaron un pueblo desmantelado; el castillo ya no existe, las murallas han sido rebajadas considerablemente... pero los avatares de la historia no han conseguido que la villa pierda ese aire regio y señorial que le caracteriza.

Comienza el siglo XX y Laguardia va recuperándose lentamente.

Foto: Aitor Ayesa

Año 1920. Inaguración del Hospital de San Raimundo. Centro de salud concebido para albergar a los enfermos de la zona en unos momentos en que viajar hasta las ciudades más próximas era difícil. Al mejorar las comunicaciones su función fue variando; pasó a hospedar a enfermos de bronquios del País Vasco, y posteriormente a niños alaveses. Hoy día se ha destinado a alojar a los estudiantes de enseñanzas secundaria y profesional, de Laguardia y de sus inmediaciones.

En 1927 se inaguran las escuelas, ubicadas en el lugar que antes ocupaba el castillo, y a las que siguen acudiendo los niños de Laguardia y de los pueblos de los alrededores.

En 1932 se construye el chalet de Victor Tapia, edificado en el paseo de 'El Collado'.

La Guerra Civil, acto bélico que asoló España durante los años 1936 a 1939, también se reflejó en Laguardia. Tras unos duros años de postguerra, es a partir de los años 70 cuando realmente experimenta su crecimiento y expansión: Se construyen numerosas bodegas en sus alrededores, instalaciones deportivas, se arreglan sus paseos, se inaugura la casa del vino... se va convirtiendo poco a poco en lo que es hoy.

Laguardia es un pueblo lleno de encanto, que junto a la riqueza paisajística de sus tierras, cubiertas de viñedos, guarda grabada en sus piedras la memoria de unas gentes que desde tiempos remotos vivieron, lucharon y murieron contribuyendo a forjar nuestra historia.